Las veladuras son capas semitransparentes o transparentes de color, que por lo general se colocan sobre otras capas previas de otros colores con el fin de cambiarles el tono, aumentar o disminuir su temperatura o volverlas más oscuras o brillantes. Las veladuras se han utilizado tradicionalmente en la pintura europea desde hace siglos, como parte del sistema de pintura que hoy en día conocemos como “técnica veneciana”. Esta técnica contiene elementos que se comenzaron a desarrollar en la Edad Media y que se perfeccionaron con el paso de los siglos.

Uno de sus elementos más importantes es el uso de grisallas previas, las cuales se hacían tradicionalmente con blanco de plomo y y tierras de sombra. Estas tenían la función principal de ayudar a los pintores a determinar los volúmenes de las formas de manera sencilla; una vez que eran bañadas de color por medio del uso de veladuras, permitían que se intensificara la sensación de luminosidad y de obscuridad en los cuadros.